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miércoles, 30 de junio de 2021

Un encuentro con el infinito

 

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Lucía tenía un sueño recurrente cuando niña: que podía alcanzar el infinito. En su sueño, aparecía siempre en el mismo lugar, en el medio de un camino largo y recto en el interior de un bosque, no veía ninguno de los extremos del camino, no sabía cuál era la distancia más corta para llegar a él pero en cada repetición del sueño caminaba derecho hacia el frente…   

¡Ella es buena para soñar despierta y dormida! Ama la fantasía y su personaje favorito de niña era Buzz lightyear. ¡Hasta el infinito y más allá! decía usando su chaleco rojo estampado con patrones geométricos que le había regalado su abuela.


Mientras caminaba hacia el frente, daba un paso, otro paso y uno más, y pensaba... si hago esto muchas veces seguro que habré dado tantos pasos que ya estaré más cerca de alcanzarlo… como una obsesión en su cabeza, siempre tenía la imagen de la suma 1 + 1 + 1... con muchos unos, pero se preguntaba ¿Cuántos 1 tengo que sumar para llegar al infinito? ¿Terminaré de dar pasos algún día o tendré que caminar por este camino largo y recto para siempre?


Su abuela había crecido en Granada, al sur de España, por lo que conocía muchos patrones geométricos diferentes, iba al palacio de la Alhambra de tanto en tanto para admirarlos y le gustaba mucho la matemática, de hecho se había vuelto una aficionada. Así desde pequeña le contó a Lucía sobre distintas cosas que ella misma iba descubriendo; cómo ver la belleza que se encuentra en fractales en la vegetación o en los patrones de los pétalos de una flor. Ella fue la primera que le habló del infinito: le dijo que la cantidad de números naturales era infinita así como las estrellas en el universo, que una podía ver el infinito como algo inmensamente grande pero también como algo inmensamente pequeño. Esto fascinó a Lucía. 


A medida que avanzaba por ese camino largo y recto, se daba cuenta que mientras más pasos daba, más cansada estaba y no estaba más cerca de encontrarse con él, o al menos señales de eso no habían. Lo que Lucía no sabía es que ella ya se había encontrado con él. 


Ahora trabaja haciendo matemática, le apasiona visualizar objetos matemáticos y representarlos de muchas maneras diferentes, muchas veces los estudia durante mucho tiempo para lograr entenderlos y luego representarlos, y otras más bien al representar logra entenderlos... Es una artista. En su primer cuadro pintó el sueño recurrente que tenía cuando niña; estaba en medio de ese bosque inmenso, lo llamó Un encuentro con el infinito, porque nunca tuvo que acercarse a él, sino que siempre estuvo ahí. Su abuela la seguía desde atrás. 




Leslie Jiménez Palma

Matemática y divulgadora científica  

Cuento pensado para personas +16

RRSS @ljimenez83 

https://linktr.ee/lesliejimenezpalma

 

 



viernes, 1 de enero de 2021

Matemáticas, mujeres y sociedad

Pensando en los desafíos que tenemos las personas que trabajamos en matemática respecto a la gran distancia que existe entre esta disciplina y la sociedad, y en la evidente escasez de mujeres que la estudian, es que recordé una de las preguntas que nos hicieron las académicas organizadoras de un conversatorio sobre matemáticas y género en la Universidad de Valparaíso. En la introducción a la actividad fue Andrea Vera quien nos preguntó: ¿qué han perdido las matemáticas sin mujeres? En ese momento no se me ocurrió el punto de vista que les voy a contar, pero ahora, un par de años después, lo veo claramente.


Si bien ha habido mujeres matemáticas a lo largo de la historia, han sido muy pocas y las que lograron estar, han sufrido cosas increíbles, sobre todo hasta el siglo pasado; se hicieron pasar por hombres para presentar sus trabajos, trabajaron sin sueldo y resistieron en el anonimato. Y aunque existen iniciativas de divulgación que visibilizan aportaciones de mujeres en es esta área, aún falta mucho para que esta labor se vuelva sistémica. 


Muchas de las mujeres de las que se han visibilizado aportaciones y otras de las que no se ha hablado tanto (si no conoces a ninguna mujer matemática puedes googlear Emmy Noether, Hipatia o Sophie Germain), han escrito un montón de libros sobre investigaciones originales en distintos campos de las matemáticas y desde la interdisciplina. Muchos de ellos aclamados en distintas sociedades matemáticas antiguas y otras más modernas por su gran claridad, exactitud y didáctica. A estas mujeres, no sólo les importó hacer investigación, sino que además comunicar y enseñar de una manera muy original para su época. Muchas de ellas realizaron aportes claves en la educación matemática y científica. ¿Pero qué pasó con estos libros de texto muy usados en sus respectivas épocas? ¿Por qué ni siquiera sabemos de ellos, así como se conoce el libro Elementos de Euclides o el Cómo resolverlo de Polya? 


María Gaetana Agnesi fue una matemática italiana que a sus 30 años publicó Instituciones Analíticas. En esta obra, hizo uso de métodos didácticos originales que permitieron sintetizar el álgebra y la geometría contemporánea, así como el cálculo diferencial e integral. Grace Young fue una matemática inglesa, autora de numerosas obras sobre pedagogía y didáctica, su libro más exitoso es el Primer Libro de Geometría, donde plasma sus teorías sobre enseñar geometría 3D, ya que es mucho más real que la geometría del plano, enseñada hasta el momento. Mary Somerville fue también una matemática Inglesa, la cual contribuyó a divulgar la ciencia de manera multidisciplinar. Escribió La conexión de las ciencias físicas, usando un lenguaje sencillo y didáctico sin perder el rigor científico. 


A esta altura, es claro que algo que ha perdido la matemática sin mujeres es la oportunidad de acortar esa distancia con la sociedad, ha desaprovechado incluso aportaciones valiosas de mujeres en este ámbito. Ha perdido diversidad en la manera de crear, construir y comunicar el conocimiento matemático, y con esto la oportunidad de reconsiderar qué es hacer matemáticas, y qué hay que tener en cuenta a la hora de estudiar su desarrollo.


Se sigue enseñando esta disciplina con textos caracterizados por un androcentrismo que la explica, y se invisibiliza la propia actividad adjudicada socialmente a las mujeres, como es la de la educación. Si uno busca educación matemática en Wikipedia, nota que al final de la página hay una lista de educadores de matemáticas, hay más de una treintena de nombres, de los cuales solo 3 son de mujer; Carmen Batanero, Michelle Artigue y Deborah Loewenberg Ball, muy destacadas en el área de la didáctica matemática, pero no aparece ninguno de los nombres que mencioné antes. El libro de Agnesi fue utilizado y reconocido como el mejor para la enseñanza de los últimos descubrimientos en las matemáticas de la época durante más de 50 años, fue traducido a varios idiomas y contó con una excelente crítica y apoyo de la Academia de Ciencias de París. ¿Es esto sólo un dato anecdótico?. 


Sinceramente espero que estas palabras lleguen a mis estudiantes futuros docentes, a las mujeres que me han inspirado y a muchas personas más, con las que ayudemos a poner en el sistema educacional la historia que nuestras mujeres matemáticas predecesoras merecen. 



Leslie Jiménez Palma

Doctora en matemática y comunicadora científica

RRSS @ljimenez83 

https://linktr.ee/lesliejimenezpalma